La lluvia empieza a caer, resuenan los acordes de la canción "Qué bonita la vida" de Danny Martin, mientras yo converso con algunos miembros de mi familia, pienso que se trata de una reunión como tantas otras, pero esta vez el motivo es distinto, esta vez nos reunimos para celebrar la vida, para dar gracias a Dios por ella y eso lo vuelve todo distinto, porque pienso que casi nunca nos hemos reunido por un asunto tan magnífico. De pronto y sin dudarlo, todos hemos puesto en un paréntesis nuestros quehaceres habituales y ahí estamos, con el mejor ánimo y la mejor actitud. Un atisbo de tristeza aparece en mí, al pensar que debimos tener más reuniones como estas cuando mi padre estaba vivo, pero entonces recuerdo que las personas jamás se van del todo, porque de alguna manera viven en el corazón de los demás en su recuerdo. Y esto me hace que la tristeza se vaya. Ser feliz es una decisión, lo sé.
Hemos enredado la vida de tantas formas, que es muy poca ya la claridad que disponemos para festejar lo simple. La vida es muy hermosa, jamás voy a dudar de ello, principalmente cuando mi mirada se pierde en esos cielos infinitos, en el recuerdo de aquellos seres queridos que vienen a mi mente y entonces la distancia parece acortarse.
Hace falta que dejemos las preocupaciones, los temores, los rencores y nos demos a la tarea de abrazar esa "realidad" que nuestros pensamientos mal formulados nos impiden ver; porque la vida esta allí, aguardando a que la veamos, en una risa compartida, en un atardecer de regreso del trabajo, en el viento soplando y moviendo las hojas de los árboles. La vida esta allí, más cerca de lo que alcanzamos a advertir.
¿Qué pensarías si te dijera que existe una vida sin problemas, sin preocupaciones, sin enfermedades, sin penas, sin rencores. En suma sin todo aquello que aqueja el alma?, ¿lo creerías?, ¿lo crees?.
Puede que discrepes conmigo, pero es posible vivir así; se puede llegar a alcanzar esa realidad, con solo redireccionar nuestra atención a las cosas que realmente importan.
Hace muy poco me encontré con una agradable lectura, en ella, el autor nos invitaba a reírnos más de nosotros, a reírnos un poco más de la vida; ¿te parece que los problemas pueden desaparecer como por arte de magia?, el texto nos invitaba a hacernos esta pregunta. No voy a negar que al principio tuve mucho escepticismo al respecto, primero porque siempre me he tomado la vida muy en serio, reírme de ella jamás formo parte de mis planes y segundo, porque siempre he pensado que si uno no toma una acción directa sobre lo que esta mal, los problemas no desaparecen; pero por alguna razón, la idea no dejaba de dar vueltas por mi mente, entonces apareció un nuevo problema.
Resulta que hace muy poco, había hecho arreglos en el baño de mi casa, a los pocos días, aparece un goteo incesante en una de las instalaciones; recuerdo haber sentido mucha frustración al pensar que no había pasado ni un par de días que lo había hecho arreglar como para que aparezca un nuevo problema, entonces recordé el texto que había leído. No voy a negar que mi mente empezaba a elaborar la solución o las posibles soluciones. Entonces una mañana, sin una razón especial, mientras desayunaba, decidí que procuraría darle una solución sencilla, pero que de momento lo dejaría así porque no disponía de tiempo para ocuparme de ello, resolví que lo dejaría así con la firme convicción de no pensar más en ello hasta que pueda hacer algo, dejaría de preocuparme. Tomé una decisión muy firme.
En tan solo un día, el problema había desaparecido, la gotera simplemente se arregló sin que yo hiciera nada más que dejar de preocuparme.
Me he preguntado, cuántos problemas pudieron haberse resuelto de la misma manera, entonces tomé la decisión de aferrarme más a la vida, a esa a la que todos tenemos derecho, a una en la que me permita pensar que todos los días, absolutamente todos ellos, traerán algo bueno consigo, a reírme un poco más, no porque vaya a ser indiferente a las pequeñas dificultades que deba resolver, sino porque desde un estado más tranquilo y feliz, con seguridad hallaré una pronta solución.
La vida, aquella con la que uno sueña, esta más cerca de lo que uno piensa, quizá solo haga falta, verla de un modo diferente.
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