domingo, 27 de marzo de 2022

QUIJOTE DE TU PROPIO TIEMPO

Hoy las nubes grises han vuelto a cubrir el cielo desde muy temprano. Las luces del parque aún están encendidas y el perro negro con mancha blancas en sus patas como si fueran zapatos, me acompaña mientras empiezo a caminar. He regresado a ese parque y retomado la actividad de caminar desde hace un par de meses. Dejé de hacerlo por muchas razones ajenas a mi voluntad, pero hoy las cosas parecían ser las mismas de siempre, también el perro que me acompañaba lo entendía así. Fue un momento feliz encontrar a mi viejo amigo, igual que la última vez.
Todo parecía igual, pero yo sabía que el tiempo, como casi siempre lo hace, no había pasado en vano, yo traía en  el alma nuevas experiencias, algunas buenas otras no tanto; pero en definitiva festejé los nuevos inicios, festejé retomar una actividad que disfruto mucho, festeje la vida que siempre me brinda la oportunidad de tener nuevos inicios, nuevos días a los cuales darles la bienvenida.

Con cada paso que daba, uno de los escritos de Luís García Montero, venía a mi mente:

"La verdadera nostalgia, la más honda, no tiene que ver con el pasado, sino con el futuro. Yo siento con frecuencia la nostalgia del futuro, quiero decir, nostalgia de aquellos días de fiesta, cuando todo merodeaba por delante y el futuro aún estaba en su sitio"

¿Te resulta extraña la nostalgia del futuro?; con honestidad creo que esa nostalgia ha caminado conmigo desde hace mucho tiempo; la nostalgia de la idea que tenía de mi futuro... no puedo decir que todo ha salido exactamente como lo imaginaba, aunque sí puedo decir que ha sido un viaje interesante.

Esto de festejar, es un conocimiento recientemente adquirido; creo que antes pensaba que para celebrar o festejar algo,  hacía falta un evento extraordinario (como un cumpleaños, una boda, un nacimiento o que gane mi equipo en un mundial!!), en buena cuenta esa era la causa por la que me sentía feliz, recordando las cosas que me hicieron feliz en su tiempo, y empecé a vivir la felicidad en pasado. Hoy las cosas son distintas, porque he tomado la firme decisión de no perder de vista todos esos detalles que me hacen feliz en tiempo presente. 
¿Sabes? uno tiene ante sí siempre dos opciones: Quedarse con todo lo malo que recuerda; o por el contrario puede aferrarse a cada recuerdo o experiencia feliz que tuvo. Al final, se trata de una simple decisión que tiene tras de sí quizá el mayor de los esfuerzos. Hace falta un verdadero compromiso con la vida, para no dejarse llevar por esos tropiezos que a veces nos cuestan toda una vida.

Y a veces para transitar nuestro camino, solo hace falta sentirnos un poco quijotes de nuestro propio tiempo y con él decir:

"Soñar el sueño imposible, luchar contra el enemigo imposible, correr donde los valientes no se atrevieron, alcanzar la estrella inalcanzable. Ese es mi destino"
(Don Qujote de la Mancha)

¿Sabes que no creo en los imposibles no?, hago mías las palabras de Matt Haig en su libro "el niño que salvó la navidad" (lectura que disfruté mucho con mi sobrino), imposible solo es algo que nunca nadie intentó hacer y en mención a ello, ¿te fijas que no hay límites para la felicidad?, ¿que los límites los ponemos nosotros mismos a partir de pensamientos heredados o que escuchamos decir a otros y a los que les hallamos absoluta lógica?. Mucho de lo que nos causa pesar o malestar en nuestra vida, tiene que ver con el hecho de que formulamos pensamientos orientados a ello como si se tratara de un "enemigo invisible". 

Hace falta morir a muchas cosas para poder seguir más libres y ligeros, para empezar a ver lo que antes no apreciábamos. Estamos llamados a la grandeza, pero se han confundido muchas cosas con "grandeza", vivimos en un mundo maravilloso y ni siquiera estamos completamente conscientes de ello.

He escuchado a demasiadas personas esperar que se produzca un cambio real en sus vidas y a muy pocas he visto lograrlo realmente. No se trata de un nuevo trabajo, de un salario más elevado, de una pareja o de otro lugar. Se trata de ver que todo lo que se necesita para ser feliz lo tienes ante ti, aunque eso suponga dejar atrás un millón de cosas que "pensabas" te hacían feliz o que te hacían sentir seguro, e incluso que pensabas que necesitabas!!.

Creo con sinceridad que el destino de cada uno de nosotros es ser el quijote de su propio tiempo y salir a la conquista de esa estrella inalcanzable, que descansa ante nosotros. Quizá no luchemos contra los molinos de viento, pero sí, que tengamos que empezar a ver la vida con otros ojos, fijar la mirada en las cosas que realmente son importantes. Quizá la mayor conquista de todas sea ver con claridad cuales son esas COSAS VERDADERAMENTE IMPORTANTES.





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