Esta semana quiero iniciar haciéndote una pregunta: ¿Para cuántas cosas en la vida, ya sientes que se te hizo tarde? Alguien me hizo esta misma pregunta hace unos días. Con franqueza debo reconocer que me costó responder, porque no pienso en la vida como la sucesión de años que vamos sumando en nuestro "propio" calendario. Pienso más en la vida como el cúmulo de experiencias que vamos sumando con el paso de esos "años", por tanto; jamás he considerado que se me haya hecho tarde para uno u otra cosa.
¿Qué me dices tú? Lo que realmente me preocupa es la pérdida de las ilusiones, que se reciban los días, ¡qué decir de los años!, sin ilusiones que enciendan el calor de la vida en nuestros espíritus. No pensaría en esto, si no hubiera conocido personas con la mirada perdida en un tiempo lejano, un tiempo lleno de amargura, un tiempo con tan malas experiencias que terminaron por apagar la luz que emitía su espíritu.
Creo que la peor de las muertes, es dejar que el espíritu muera también; procurar que no sea así, es sin lugar a dudas la mayor de las luchas que habremos de enfrentar en la vida. ¿Cómo se puede pelear para no dejarse llevar por tiempos largos de muy malas experiencias?, ¡¡manteniendo a flote las ilusiones!!.
Puede que hayas tenido que pasar por muchas experiencias amargas o puede incluso que haya sido una sola y puede que debas parar en el camino, descansar y retomar fuerzas, pero jamás debes dejar que tu espíritu termine por convencerse de que lo que se quiere ya no sucederá jamás..
No repitas aquello que te hirió, una y otra vez en tu mente, como si se tratara de una película que rebobinas permanentemente porque eso solo servirá para nublar tu mente y tu mirada ante nuevas posibilidades, recuerda que la vida esta llena de posibilidades, y éstas no se miden por el número de años que uno vaya sumando.
Creo que una de la más grandes mentiras que nos contamos, es que "estamos demasiado viejos" para uno u otra cosa; lo cierto es que el alma jamás envejece, porque la vida no se mide en años, se mide en ilusiones y sueños cumplidos, se mide en esperanzas y pequeñas alegrías que a la postre se convierten en tramos que conforman nuestro camino a la felicidad.
¿Sabes qué es lo único que sucede con los años?, que nuestros sueños se transforman, se ajustan a la nueva persona que somos, a la persona más sabia y madura que ve la vida de un modo diferente, esa transformación no significa dejar morir nuestras ilusiones, se trata de darles más vida, ¡¡porque de ellas se alimenta el espíritu!!.
Recuérdalo, la próxima vez que te sientas desanimado o pienses que la vida ya te dejo atrás, puede que seas tú quien lo este haciendo.
Tolstoi tenía sesenta y siete años cuando aprendió a andar en bicicleta, hoy en día hay un concepto llamado: "La bicicleta de Tolstoi". Significa que no es tarde para nada.
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