UN VERDADERO TESORO EN EL MUNDO

¿Qué tan a menudo te encuentras con personas que celebren que tú estés en sus vidas?, ¿qué tan frecuentemente ves a alguien compartir contigo lo mucho o lo poco que tiene en fechas especiales?, ¿qué tan a menudo encuentras a alguien que se alegre contigo por cada logro o que este a tu lado cuando estás triste? Si has tenido la fortuna de hallar alguna, déjame decirte que eres una persona muy afortunada y eso es poco decir.

Este mundo, de alguna manera, ha empujado a las personas a ver solo sus "propias vidas", una gran mayoría vive encerrada en su propio mundo y quizá de un modo inconsciente vive de una forma egoísta. Que no te sorprenda que cuando se los hagas notar, se enfaden y lo nieguen. Lo cierto es que ha sido tanto tiempo que llevan viviendo de esa forma, que se ha vuelto una forma de vida normal, por lo tanto ignoran lo que les estás diciendo, haría falta un esfuerzo real por parte de ellos, para que acepten que es así.

Hoy y como siempre, quiero enfocarme en el otro lado, en esas magníficas personas que a pesar de llevar sus vidas con todo lo que ello significa (problemas, preocupaciones, pérdidas, derrotas) aún se acuerdan de ti aunque sea solo para incluirte en sus oraciones. ¿Conoces a alguien que rece por otras personas?

Si has tenido la fortuna de hallar una de ellas, sabes que son personitas con las que siempre vas a poder contar, a pesar de que sus caminos tampoco resultan sencillos, probablemente son más complicados que los tuyos y a pesar de ello, aún guardan para compartir contigo un tiempo de sus vidas, para estar a tu lado, ¿a cuántas personas les alegraría que tú estés bien?

Es un verdadero don saber compartir, saber dar de lo que uno tiene (mucho o poco) y si tú eres una de ellas, entonces sabes como yo, que muchas veces te ves defraudado, que parecería que lo que haces no le importa a nadie  o no significa nada para nadie. Bien, créeme que nada de lo que das como un regalo se pierde, porque eso se originó en el corazón de Dios y es allí a donde regresa.

Jamás pienses que perdiste tu tiempo o que aquello que diste con amor, se perdió o fue desperdiciado, porque nada de lo que se hace con el corazón se pierde jamás. Los "regalos" que eres capaz de dar y de compartir, esos llegan a Dios y tarde o temprano llegan a la persona en la que pensaste o a la que tomaste en cuenta.

Nada de lo que hayas compartido alguna vez, se ha perdido, pero los tiempos de Dios son perfectos aunque no lleguemos a comprenderlos. Puede que tu acción sea comprendido y recibida mucho después de ti, posiblemente esa persona comprenda lo que hiciste por ella cuando tú ya ni siquiera estés junto a ella, pero aquello que hiciste con amor jamás se perderá.

Te digo esto, porque puede que te sientas cansado, puede que empieces a pensar que quizá ya no vale la pena hacer nada por nadie. No te desanimes, porque las buenas acciones se crean en el corazón de Dios y regresan a él, tú eres su creación y por tanto su amor reside en el tuyo, ¿cuántas personas pueden decir eso?

Sabes que siempre gana más el que sabe compartir, por tanto tú conoces la inmensa alegría y bienestar que reporta "estar y poder hacer algo por alguien más" mucho más si ves que tus oraciones o aquello que hiciste dieron sus frutos y esta o estas personas están bien. Refúgiate en ello  cuando te sientas cansado o desanimado, detente unos minutos para tomar fuerzas y vuelve a empezar, pero jamás, jamás dejes de ser como eres, porque créeme, eres un verdadero tesoro en este mundo.