Bendita sea la esperanza que jamás muere. Dicen que la espera desespera, pero alimentar la esperanza de todo aquello que el corazón anhela, lejos de desesperar, instala una cierta paz y un cierto regocijo en el alma, como todo aquello que albergamos en el interior y que llena de ilusión y alegría nuestros días.
Creo que si uno sabe vivir, atento a cada lección y se aplica por aprender al máximo de cada una de ellas, con el tiempo descubrirá que la vida, su vida, ha sido un camino lleno de bendiciones y que hubieron muchos más días de luz que los que en su tiempo imaginó.
Hace algún tiempo, escuché a una persona decirle a otra: "Este es el tiempo de enviarle mucha luz", me gustó tanto esta expresión, que la he hecho mía. Las personas tenemos la capacidad de rodear de luz a quienes nos topamos en el camino, y como tu bien sabes, también tenemos la capacidad de rodearlas de oscuridad. ¿Consideras que es distinto a lo que pasa contigo?
Resulta que no es un texto sacado de algún libro cuando te digo que hay seres de luz pero también hay seres de oscuridad, a estos últimos los reconocerás por el inmenso peso que cargan sobre sus hombros, y es que están rodeados de preocupaciones, de ofensas, de riñas, de engaños etc.
Uno no puede compartir aquello que no tiene. En los últimos tiempos, se ha hecho un asunto de vida o muerte vigilar nuestros pensamientos, aquello con lo cual alimentamos la mente y el alma en nuestros tiempos de soledad. Podría decirte en nuestros tiempos de ocio; pero sería imposible, no conozco ninguna persona que no este agobiada con un millón de ocupaciones en nuestros días y, sin embargo hemos adaptado la mente a no solo cargar con nuestros afanes, también con los pensamientos tóxicos que somos capaces de generar.
¿Recuerdas que siempre te digo que aquellos mensajes y todo lo que esta reservado para tí y para que aprendas, bien pueden estar escondidos en los más recónditos lugares?, muchos de ellos son tan simples e insignificantes y es que las cosas verdaderamente importantes no están envueltas en papeles de oropel ni descansan en palacios. Bueno, una de estas cosas no ha dejado de pasear por mi mente, desde que vi la película de superman, el hombre de acero, un día de tantos, en los que acompañaba a una amistad que esta recuperándose de una operación. En esta película, superman de niño, empieza a escuchar todos los sonidos no solo de aquello que tenía cerca, también de aquellos que tenía lejos, entonces la profesora, llama a su madre porque el niño se había encerrado en un cuarto. Al llegar ella, el le dice que el mundo era demasiado grande y ella le dice que lo haga más pequeño.
No he dejado de pensar en esto, porque a veces es tanto lo que nos agobia y es tan agotador para la mente cargar con ello, que parece que el mundo se nos hace demasiado grande también a nosotros; pero en realidad el consejo que el niño recibe, no es del todo ajeno a nosotros mismos. Hay que hacer que el mundo sea más pequeño, porque realmente lo es, porque todo "nuestro" mundo descansa en lo que llevamos en nuestro interior. No en las noticias (realmente preocupantes) que escuchamos en el noticiero o leemos en el periódico, no en los problemas (grandes o demasiado grandes) que las personas que tenemos cerca tienen.
Nuestro mundo descansa en todo aquello que somos capaces de llevar en nuestro interior y esto va desde el dibujo de kinder que un niño nos regalo, hasta la sonrisa con la que nos reciben al llegar a casa, la alegría que se instala en nosotros con la compañía de nuestras mascotas, el movimiento de las hojas de los arboles con el viento o la fiesta de colores que ellas nos regalan con la llegada del otoño. En fin, de todo aquello que tú consideres importante para tí y que reporta alegría o felicidad.
Cada vez que sientas que el peso del mundo esta por aplastarte, recuerda hacerlo más pequeño, aférrate a todas las cosas que te reportan bienestar y felicidad, procura desechar todos esos pensamientos que te roban la paz, porque no forman parte de tu realidad, solo son fantasmas que cobran vida en tu mente.
Esfuérzate por ser feliz.
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