NO ES UN CAMINO EN SOLITARIO

En este último tiempo estoy aprendiendo a dejar todo en las manos de Dios, no sé cuántas lecciones me falten aún por aprender, pero creo que ésta es con lejos la más importante para mí, porque jamás lo había hecho en mi vida.

Uno puede ir por ahí diciendo que tiene fe, y la realidad es que la fe, es una palabra pequeñita, pero toma toda una vida llegar a conocerla en todo su significado. 

A lo largo de mi vida, siempre he procurado practicar mi fe, pero hasta ahora, era de las personas que emprendía un viaje, una aventura, un proyecto o lo que fuera de nuevo, siempre con un plan A y un plan B (por si acaso). Jamás emprendí un nuevo rumbo con la confianza de que pasará lo que pasará Dios estaría siempre en control de mi destino y por ende cuidaría de mi.

En los últimos meses, he atravesado un par de experiencias difíciles, acontecimientos que se presentaron tan de improviso un día cualquiera, que yo no tenía preparado ningún plan de acción, sencillamente porque uno no amanece a ninguno de sus días, pensando que las cosas pueden cambiar drásticamente, de un minuto al otro, qué decir de un día al otro.

De la nada, me vi; ante acontecimientos para los cuales considero, que uno jamás esta preparado. No estaba en mis manos hacer nada, y ante la imposibilidad de hacer algo, dejé todo en las manos de Dios, entonces me sorprendí al constatar que las cosas se fueron resolviendo de una forma más que perfecta y maravillosa.

Ahora, en mis momentos de oración; le agradezco infinitamente que no haya perdido la paciencia conmigo y que su amor sea tan grande que jamás me soltó de la mano, a pesar de mis dudas, a pesar de mi falta de fe. 

La vida no es en absoluto perfecta, pero puedo asegurarte que no enfrentamos en solitario, uno solo de nuestros minutos. Ahora descanso en paz, sin tanta preocupación, sin ocupar mi mente elaborando planes para escenarios que en su mayoría ni siquiera suceden

Es linda la vida, sabiendo que Dios camina junto a tí!!