Jamás voy a dejar de sorprenderme de la forma misteriosa que tiene Dios de hacer las cosas. Si hace años, alguien me hubiera dicho que participaría de una forma activa en la formación personal y académica de un niño, no lo habría creído jamás; sin embargo, una cosa fue llevando a otra y hoy puedo ver con orgullo los frutos de mi trabajo, este niño se esta convirtiendo en joven, pero sobre todo, se esta convirtiendo en un gran ser humano.
Tuve la fortuna de contar con un padre maravilloso, fueron gracias a todas sus enseñanzas que hoy soy la persona que soy y fueron gracias a todas esas enseñanzas que pude acompañar a mi sobrino en su formación. Hoy mi padre ya no esta, el camino después de su partida no ha sido nada fácil; pero me dejó la mejor herencia que un padre puede dejar. Me enseño con su ejemplo cómo caminar a paso seguro por la vida.
Este es el tesoro más grande que Dios nos puede dar, cada persona que ha formado parte de nuestro camino, cada persona que ha contribuido con su propio conocimiento en nuestra vida, es algo invaluable.
No tengo la seguridad de que estemos conscientes de esto: son nuestros actos, el tiempo que compartimos con las personas, lo que nos sobrevivirá y hablará fuerte de quienes fuimos cuando ya no tengamos la oportunidad de corregir errores.
Dios me permitió, en mi sobrino, devolver un poquito de todo lo que recibí; tuve la fortuna de contar con un padre que supo enseñarme las cosas importantes de la vida y tuve la inmensa alegría de retribuirle a Dios ese regalo, al poder transmitir lo que se me dio con amor.
Nada de lo que haces en tu vida esta hecho al azar, ninguna persona que llega a tu vida llega por azar; muestro plan de vida esta diseñado a la perfección por el inmenso amor de Dios. Con los años he comprendido y he aceptado esta gran verdad. He tenido la fortuna de que Dios me dé un regalo tan precioso como lo fue mi padre y aunque sentí mucha tristeza con su partida, me acompaña la alegría de saber que conté con la bendición de tenerlo junto a mi por un largo tramo de camino.
Hoy he aprendido que la vida todavía nos depara gratas sorpresas, el dolor de la pérdida no debe cegarnos a ver todas las formas en las que aún hoy somos bendecidos, mi sobrino es una de ellas y yo ni siquiera lo sabía cuando despedí a mi padre!!.
No elijas quedarte con las experiencias "malas" o dolorosas de tu vida, dirige tu atención hacia todo aquello bueno y maravilloso que esta sucediendo en tu vida, puedo asegurarte de que es así.
Las heridas cierras y dejan de doler tarde o temprano; que las cicatrices que dejan, no te impidan ver cuán bendecido eres!!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tomar un tiempo para compartir. Vuelve cuando quieras.