No conozco persona sobre la faz de la tierra, que no interactúe con el amor, y es que fuimos creados en amor, y cuando te digo esto, me refiero a que cada uno de nosotros fuimos el sueño de Dios, su amor dio vida a nuestro espíritu, y es su amor en nosotros lo que nos confiere la capacidad de amar. Nuestra vida, solo tiene sentido cuando desarrollamos nuestra capacidad para amar.
Nuevamente, me veo en la necesidad de recordarte que a pesar de que una gran mayoría busca desarrollarse en el amor de pareja, el amor es mucho más que eso y si ya tuviste la fortuna de vivir el amor en otra de sus formas, me darás la razón cuando digo, que el amor y solo el amor, tiene la capacidad de hacernos sentir vivos. Sin embargo, a menudo, ignoramos el que debería ser nuestro primer gran amor: UNO MISMO.
Me gustaría decirte que el proceso de aprendizaje del amor propio, no se realiza de la misma forma que se aprende a comer, a caminar o a hablar, desafortunadamente no lo es, si bien es algo que se puede aprender desde la infancia, no es así para todos, ¿por qué?, porque sencillamente durante la infancia, nuestra primera interacción con el amor, la tenemos con nuestros padres y aunque nos gustaría que sean perfectos, no lo son y las personas en una gran mayoría aprendemos a querernos con los años, unos antes que otros, por tanto, existe una buena probabilidad de que las personas que tienen la fortuna de ser padres, aún tengan mucho por aprender, no se puede enseñar aquello que se ignora.
No se puede corregir un error echando la culpa a alguien más, con los años uno aprende a amarse a uno mismo, es posible que, si hasta ahora no pudiste sostener relaciones amorosas sanas, la causa se deba a este desconocimiento: ¿Cómo se puede amar a alguien más, si no sabes amarte a ti mismo?
Por fortuna, uno siempre tiene tiempo para enmendar los errores, procura conocerte a ti mismo, quererte a ti mismo, antes que a nadie.
Quienes me conocen, saben que disfruto mucho de una buena conversación, no es por tanto, extraño que sea de las primeras en asistir cuando me invitan a una reunión de amigos. Durante una de tantas reuniones, una de las personas comenta que teniendo la oportunidad de asistir a una invitación, pregunto al salir, si se veía bien. La respuesta que recibió, fue mala, por no decir hiriente, el solo recordarlo, aún le producía malestar. Lo que dije casi de inmediato, fue: ¿Tú te sentías bien con la ropa que elegiste?, a lo que esta persona no tardo en contestar que si. Bueno, le dije, "recuerda que la primera opinión que debe importar, debe ser la tuya".
Cometemos esos errores, con más frecuencia de lo que imaginamos, hace falta reforzar nuestra autoestima, y aprender eso lleva tiempo, no te embarques en ninguna relación, si no aprendiste a amarte primero.
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