Comenzaré diciendo, que las personas que han decidido llevar adelante el noble rol de ser padres, merecen mis más sinceros respetos, porque la tarea de formar seres humanos, aunque es muy loable, es la más difícil de todas. Se atraviesan un mar de dudas en el proceso y creo sin temor a equivocarme, que jamás se está completamente seguro de estar haciéndolo bien.
Es el único trabajo que realizas sin haber recibido formación alguna, solo te guías del amor y por tanto cada decisión es tomada desde el corazón. No, no es una tarea sencilla, pero siempre se espera lo mejor, que tus hijos vayan a encontrar; a pesar de las pruebas que se puedan presentar en el camino; la felicidad.
La vida siempre nos sorprende y en mi caso, lo digo gratamente, me sorprendió regalándome en su forma tan particular, el noble oficio de acompañar en la formación de un pequeño que hoy por hoy ya es un jovencito. La vida regala muchas alegrías si uno esta dispuesto a aceptar la invitación que nos hace para recorrer nuevos senderos.
Esto es algo que he aprendido con los años, pues siempre fui de las personas que tenía una ruta bien diseñada, sobre la dirección que quería que tomara mi vida, de manera que si algo se salía del "plan", era recibido con indignación, como consecuencia lógica, los cambios no traían consigo nada bueno para mí.
Uno encuentra lo que espera encontrar, si te preparas para lo peor, muy probablemente, enfrentarás muchos escenarios que hubieras preferido evitar, lo sé por experiencia. Sin embargo, cuando Dios quiere que aprendas algo, se asegurará de que así sea y fue mi caso, un buen día, dejé de pelear con todos los "imprevistos" que se presentaban y fui haciendo ajustes a mi plan orginal.
Cada cambio empezó a ser una oportunidad (para hacer las cosas mejor, para encontrar nuevas formas de felicidad y; mi parte favorita; aprender mucho más!!), hasta que un buen día me vi recorriendo lugares que nunca pensé que conocería, ejerciendo oficios que nunca pensé que aprendería y sobre todo, siendo feliz de formas que jamás imaginé.
Recuerda que la manera en que reaccionas a todo lo que se te presenta, es lo que en suma, definirá tu bienestar personal, puede que del futuro jamás lleguemos a saber nada, pero sí que podemos redireccionar las velas de nuestro barco, hacia donde indica el viento.
Todo, absolutamente todo lo que se presenta en tu vida, lo hayas planeado o no, esta orientado hacia tu felicidad, no lo dudes ni por un segundo.
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