Dicen que el viaje más largo que uno hace, es a uno mismo. Sin importar cuántos años tienes en este momento, te puedo asegurar que eres una persona completamente diferente a la que fuiste hace unos años, puede que ya sepas esto, o que te lo hayan dicho en más de una ocasión, después de todo, no es un secreto, pero hay algo que quizá no sepas o nadie te lo haya dicho: A medida que la persona que eres va cambiando con los años, también tus sueños van cambiando contigo.
Parada frente al mar, sintiendo el viento, descubrí que acababa de hacer realidad un sueño que forjé en algún momento de mi vida, y aunque sí me hizo feliz, formaba parte de una persona que ya no existía.
Se ve más triste de lo que en verdad fue, porque acepté esa realidad, como acepté cada cambio que llegó sin avisar. Parada frente al mar despedí los viejos sueños y empecé a preguntarme, ¿con qué soñaba ahora?, cada ola que llegaba, se llevaba consigo los viejos sueños y con ellos se iban también las horas que pasé tratando de pensar cómo los haría realidad y se fue también la tristeza o la frustración que acarreaban.
Empecé a preguntarme, ¿cuáles son los nuevos sueños?, me sorprendí al darme cuenta que ya los tenía guardados en el corazón, solo que no los veía por seguir persiguiendo un tiempo que ya no me pertenecía.
Me gustaría que tú también hagas ese "pequeño" ejercicio y mires con objetividad la persona que eres hoy, que revises la "vieja lista" de pendientes y la actualices. No arrastres frustraciones producidas por cosas que a lo mejor ya no forman parte de la persona que eres hoy.
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