Con las disculpas del caso por no haber podido escribir la semana anterior, hoy quiero compartir contigo algo que ocupó mi mente este último tiempo.
Como sabes, se aproxima la celebración de todos santos y el día de difuntos, ahora bien, ¿qué me pasa con esta fecha? antes que nada, siempre fui de cumplir con las costumbres y armar la mesa de difuntos, luego con el fallecimiento de mi papá, esta costumbre adquirió un mayor significado, el primer año, como debes imaginar, preparé la mesa con un cúmulo de sentimientos encontrados. Oscile entre la tristeza y la rabia (en momentos así, suelen manifestarse las emociones con las que más hemos peleado en nuestra vida. Como un buen ejercicio, sería bueno que identifiques cuáles son las tuyas), en fin, con los años de la tristeza uno pasa a la aceptación, pero este año en particular me encuentro trabajando con una frase que no deja de pasear por mi mente:
Somos energía
Con esto en mente, estoy redireccionando mi atención, de forma permanente a todo aquello que genera bienestar en mi interior y como respuesta empiezo a sentir gratitud por cada nuevo día y por todo lo bueno que pasará ese día.
Este año por tanto, he decidido darle un nuevo significado a la celebración del día de difuntos, pondré la mesa como dicta la costumbre, pero esta vez le daré un nuevo significado, esta vez será una celebración a la vida, más que a la muerte como estamos acostumbrados. No es que ya no crea que vienen los difuntos a visitarnos, como dicta la costumbre, es más bien que ahora su recuerdo ya no será un recuerdo muerto, compartiré con ellos todo aquello que habría compartido si aún estuvieran conmigo!!
Tú sabes que lo que manda la costumbre, es colocar en la mesa todo aquello que en vida les gustaba, pues bien, el tiempo de ceniza ha terminado, es tiempo de rodearnos de luz, de incluir sus recuerdos a la vida, a nuestras vidas, y llevarlos en el corazón, pero no como una ausencia dolorosa, más bien con la luz que ilumina nuestras sonrisas con su solo recuerdo.
Esta vez, recibiré a mis difuntos, con una hermosa alegoría a la vida, porque Dios es un Dios de vida y despediré sí, pero será a todos esos "fantasmas" con los que he cargado por más tiempo del que hubiera querido: Amistades que ya no forman parte de mi vida pero cuya ausencia ha seguido doliendo, recuerdos dolorosos que paso en mi mente una y otra vez, como si fuera una película, sueños incumplidos que ya no forman parte de la persona que soy ahora.
Despediré todo aquello que ya no forma parte de mi vida, he decidido que haré de esto una nueva costumbre, porque somos energía y bien vale ponerla en movimiento!!
Mira, sea cual sea la forma en que decidas celebrar este tiempo, solo piensa que sería bueno empezar a practicar más la alegría y hacerla parte de nuestros días. EL TIEMPO DE CENIZA HA TERMINADO.
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