Amigos, Bienvenidos!!:
¿Cómo les va?, en este camino que compartimos al cual llamamos vida, interactuamos de muchas maneras con muchas personas, con animales, con la naturaleza misma, interactuamos con el mundo en el cual vivimos y nos desarrollamos o por lo menos así debería ser, pero ¿cómo interactuas tú?.
Esta es una pregunta que en más de una ocasión me he formulado, ¿cuál ha sido tu respuesta?, imagino que deben existir tantas respuestas como personas que lean esta pregunta, porque las personas somos todas diferentes, la forma de actuar que tenemos cada uno es tan única como irrepetible, como una maravillosa obra de arte. Pero y a pesar de ello sería bueno que al menos una vez nos hagamos esta pregunta: ¿Cómo interactuamos con nuestro "mundo"?.
Hace algún tiempo empecé a reparar en la cantidad de personas que uno se encuentra a su paso que caminan con una sonrisa en la cara, un día que me reuní con unos amigos presté atención al resto de las personas que se encontraban en el lugar, muchas tenían una clara expresión de amargura, otras mostraban el ceño fruncido y un buen número mantenían conversaciones más entretenidas con sus celulares y su música que con las personas que compartían sus mesas.
Observé también a quienes estaban sentados en la misma mesa que yo, algunos conversábamos entre nosotros y unos cuantos tenían el celular en la mano, entonces uno de ellos empezó a quejarse sobre la demora en la orden que habíamos realizado, casualmente era una de las personas que estaba entretenido con el celular, "que curioso", pensé y es que quienes estábamos conversando apenas nos habíamos percatado en la demora; cuando uno se encuentra con personas a quienes no se veía en mucho tiempo, hay tanto para contar y "ponerse al día" que el tiempo pasa demasiado rápido.
Una pareja a unos cuantos pasos de nosotros empezó a discutir porque uno de ellos empezó a comer antes de que el otro le saque una foto al plato y lo suba a su cuenta, me pregunté qué necesidad había en poner la foto de un plato intacto si no se es capaz de disfrutar de la compañía que se tiene a lado.
Finalmente otra persona arrojo el dinero sobre la mesa para luego irse, con clara actitud de molestia cuando le entregaron la cuenta. Habían transcurrido apenas unos cuantos minutos y repare que en ese mismo lugar incluso en mi propia mesa, eramos tan solo una minoría los que estábamos sonriendo y disfrutando nuestro tiempo de la mejor forma posible, pero ésto resultó mucho más evidente para mí, cuando la persona que nos trajo nuestras órdenes me miró con una amplia sonrisa, al principio pensé que tal vez la conocía de algún lugar pero luego me di cuenta que yo estaba esbozando una sonrisa y probablemente esta persona solamente respondía con afabilidad ante mi actitud.
Es tan poco lo que podemos obtener con una simple sonrisa, para empezar podemos empezar por brindarle a nuestro día la oportunidad de regalarnos gratos momentos, podemos añadir a nuestra alma un estado de permanente alegría aunque quizá en el camino nos topemos con personas que no se encuentran en el mismo estado.
Una sonrisa puede regalarme la oportunidad de transmitir a otra persona un mensaje de ánimo, de felicidad aunque éste dure un tiempo corto. Una vez alguien me dijo que cuando uno va a un lugar determinado lo más seguro es que encontrará lo que espera encontrar, "si tu vas a un lugar con la idea de que no te ira bien, ten la seguridad de que así será", "si tu piensas que una persona te tratará mal, así será"; fueron tantas las ocasiones que tuve de comprobar la veracidad de estas afirmaciones que empecé a darle más importancia al "pre" concepto que yo tenía de determinados lugares y personas.
Lo cierto es que nada cambió por arte de magia, quizá la única magia que se realizó es que yo consiguiera esperar siempre lo mejor, realmente son nuestras propias actitudes las que definen cada uno de nuestros días y la manera en la cual nosotros actuemos.
Aquel día salí de es lugar con el total convencimiento de que la vida es en definitiva un lugar maravilloso si nosotros no permitimos que las circunstancias nos roben la alegría que todos llevamos dentro, una simple sonrisa puede ser y de hecho es la enorme diferencia entre tener días buenos o días malos; somos nosotros quienes definimos ¿cómo queremos encarar nuestros días?.
Nuestra actitud se refleja tanto en nuestros hechos como en nuestras palabras, no se sí alguna vez escucharon decir "las palabras son decretos", durante un tiempo de mi vida caminé pensando que las palabras tienen un extraño poder mágico que hacía que lo que yo hablaba se hacía realidad; al menos algunas veces; esto me llevaba a albergar un tipo de temor cuando me daba cuenta que dije algo cuyo resultado podría ser adverso....
Con el tiempo comprendí que no son las palabras como tales las que tienen ese extraño poder, lo son nuestros deseos o temores con los cuales pronunciamos determinadas palabras que se traducen en ideas, lo que verdaderamente sucede es que uno formula una idea con tanta seguridad que no es raro verla materializada.
No se trata de que seamos magos, simplemente se trata de encontrar aquello que esperamos encontrar y de recibir aquello que damos; nuestra actitud ante la vida es la que realmente va marcando el ritmo de ésta y esa actitud se verá reforzada, afianzada en la medida en que creamos y confiemos en que nuestra vida en su totalidad descansa en las manos de Dios.
Una simple sonrisa es la demostración de que confiamos en que el bien se hará presente en nuestras vidas, no porque lo esperemos sino porque lo recibimos y esto hará que nuestro caminar sea más seguro.
Espero que esta semana puedas poner en práctica cambiar el ceño fruncido por una sonrisa que ilumine tus días y el de aquellos que se crucen en tu camino. Hasta la próxima!!!.